At. Paciente
At. Clínica
Cuando se está esperando la llegada de un nuevo miembro en la familia muchas parejas dudan de la conveniencia o no de mantener relaciones sexuales mientras la mujer está embarazada. Lo cierto es que, siempre y cuando no se trate de un embarazo de riesgo, el sexo no es perjudicial ¡al contrario!
A pesar de las múltiples advertencias sobre su efecto perjudicial, fumar es todavía un mal hábito altamente extendido en la sociedad actual. El tabaco siempre es nocivo y la salud reproductiva no es una excepción aquí. Los componentes de los cigarrillos repercuten de manera dañina en la fertilidad, tanto masculina como femenina.
Se suele decir que, en la actualidad, la mujer es más joven socialmente que reproductivamente. Y eso es cierto. A partir de los treinta y cinco años de edad la fertilidad femenina baja de manera bastante considerable, mientras que después de los cuarenta cae en picado. El paso del tiempo compromete las posibilidades de ser madre. La cuestión es: ¿cuál es el motivo?
Los ginecólogos y médicos especialistas en medicina reproductiva deben hacerse cargo de los aspectos médicos y técnicos del tratamiento y, aunque su trabajo tiene mucha importancia e intensidad emocional, no disponen de suficiente tiempo ni experiencia para abordar ciertas dudas y dificultades psicológicas que frecuentemente surgen durante los tratamientos de fertilidad.
Muchas futuras mamás opinan que es mejor pasar los últimos meses del embarazo en otoño e invierno para evitar las incomodidades del exceso de calor.
El concepto de familia ya no es el que teníamos hace unos años. En los últimos tiempos son cada vez más las mujeres que no esperan a encontrar pareja para lanzarse a la aventura de la maternidad. Así, actualmente encontramos núcleos familiares muy diversos que son posibles gracias a la creciente independencia económica femenina y al reconocimiento y la aceptación de la homosexualidad en las sociedades modernas.
